Ensayo sobre la soledad, la historia y una libreta

Alcohol que quema el alma.
Cigarro que nubla el pensamiento.
Música que ahoga, ensordece y mutila.

Doscientos treinta y siete libros tirados por el vertedero del olvido.
Mil y una fotos consumidas en negro.
Tarjetas guardadas en un cajón, junto a los recuerdos que hacen polvo, en el rincón de la inconsciencia.
Palomas junto a la veladora se ha quedado mudo.

Muerte que se acerca lento, de noche, los miércoles y tortura el fin de semana.
El 19 ha cerrado un ciclo, tan perfecto que parece más que solo destino.
La historia ha muerto. Muerto el rey, viva el caos.
Cobardes y mentirosos se han juntado a bailar.
La trilogía del hombre solo (*), marco mi presagio.

Mar rojo de ilusiones hechas añicos.
El olvido se acerca, pero tarda una eternidad en llegar.
Café que no se consume, solo permanece inerte tras cristales que embellecen artificialmente.
Curvas en las que me perdí, saliva guardada para usarla una última vez.
Azul que no se completó. La manzana se pudrió. Una palabra que llegó, pero solo para callar y matar. 

Amigos que traicionan y hacen añicos.
Familias que se ahogan en su mar de egoísmo y beneficio propio.
Inmadura piel tersa vestida de bruja.
Escobas que, en vez de volar, barren la mierda debajo de los tapetes solitarios.

La historia se ha acabado. Muerto el rey, viva el caos, la soledad, y, eventualmente un nuevo inicio, que ha tardado doce años en hacerse presente. Quien empieza a escribir su nombre con tenues líneas, temblorosas e imperfectas en esta libreta hecha girones, marcada con sangre, sal y nuevas iniciales.



(*)
Trilogía del hombre que se encuentra solo. Capitulo I: Te Encontré
Trilogía del hombre que se encuentra solo. Capitulo II: Te Perdí

  1 comentario       Topic:

1 comentario: