Trilogía del hombre que se encuentra solo. Capitulo III: Te Olvidé

Te olvidé. Cuando no te encontré. Cuando mis viajes terminaron. Cuando los sueños diluidos del frió sentimiento se perdió en el horizonte del pensamiento. Cuando las lágrimas se secaron. Te olvidé. Cuando deje de sentir la basura dentro de mí. Cuando lejos de la mente, deje de vivir. Te olvidé. Porque no me queda nada más. Porque tú significas todo para mí. Te olvide. Entre cientos de recuerdos. Respirando en un vaso de cristal. Oyendo a través de una concha marina. Te olvidé. Cuando me dijiste que no me amas. Cuando te fuiste. Te olvidé. Porque el fuego lo consumió. Porque tus ojos cafés me pidieron que los amara. Te olvidé. A ti y a tu cabello dorado. A tu triste caminar por entre humo y pasto. A tu indiferencia y a tu sopa de arroz. Te olvidé. Como siempre lo hago. Te olvidé. Por sobre todas las cosas. Como una canción de Nicho Hinojosa. Como caminar con las mano sobre piedras de mármol. Te olvidé. Te encontré. Te amé. Te perdí. Como el vuelo de la gaviota. Como los libros del rincón. Como los años guardados en un cajón. Te olvide. Como a una maceta de corredor. Te olvide. Porque no puedo dar el siguiente paso. Porque olvidar me obliga a recordar que olvide. Porque olvidarte me permite abrazarte. Porque olvidarte me hace amarte. Te olvide...
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1 comentario:

  1. Demonios, eso fue tan genial, tan maravilloso y tan perfecto.

    Que solo necesito una visita a tu blog para seguir escribiendo.

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