El niño que olvido su papalote


El fino hilo se suelta de sus pequeñas manos. Su dedo regordete y pequeño intenta aferrarlo, pero el viento ha sido más rápido y le ha ganado. Lentamente sus expresivos y dulces ojos negros se posan en el viento y en el suelo, en el horizonte. Su cara es todo un mar de emociones: sorpresa, desilusión, miedo, tristeza.

Corre tras aquello que le es tan importante en la vida. Corre, aferrado al sentimiento, con la esperanza de que regrese de nuevo a sus manos. Corre lo más fuerte que le permiten sus cortas piernas. Y cae. Y un nuevo raspón aparece en esas rodillas sucias. Y se levanta. Y nos demuestra una vez más que caer es solo un retraso de segundos en un camino de una vida.

Grita, corre, grita más fuerte. Pulmones sanos. No puede creer que las cosas hayan acabado tan rápido. Sigue corriendo, cada vez con menos fuerza. Se detiene un momento para tomar algo de aire y reemprende su carrera con ahínco. Él sabe que sus esfuerzos no servirán de nada, pero aun así no quiere pensar que todo fue en vano.

Y mientras corre, pisa un charco de agua. Se detiene a ver su reflejo en él. Una sonrisa de nuevo ilumina su rostro. La desesperación que antes hundía su cara desapareció, como si de accionar un interruptor se tratase. Primero rodea su tesoro. Vuelta, tras vuelta, tras vuelta. Y salta. Salta en el centro del agua, sus pies empapados, sus manos sostienen un dulce y su cara irradia felicidad. Una tras otra las gotas empapan su cabello. Su cabello que se mueve al compás del viento. Y nos enseña que la vida es un juego. Donde no importa ganar o perder, si no cuanto lo hemos disfrutado.

Y a lo lejos, la sombra de un papalote se refleja en el campo. Se aleja cada vez más, mostrando una sutil silueta, cada vez más tenue y difusa. Y lo que antes era su vida ahora es parte de su historia.

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3 comentarios:

  1. Feliz día del niño, muchacho!

    Chales, la verdad es que hoy si tuve muchos recuerdos.

    Me la pasé con una cara de tonta en la cara y riéndome con la vista en la nada.

    Es lindo ser niño. Todo es nuestro. Todo.

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  2. ¬¬ ¿"eslindo ser niño"? ¿hablas de tu chiqui Allizzia interna o qué?

    Hmm... realmente tuve una historia similar... creo que por eso ahora salto y corro más rápido que nadie (excepto Angelillo, ese wey nació para correr)

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  3. Perdemos mucho cuando dejamos de ser ninos

    ahroa cuando uno se ve mas grandesito, como persona a medias, todo se ve mas dificil

    un saludo

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