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Añicos

Se cerro, me mintió, se fue. ¿Eres feliz? Una última vez tenías que lastimarme. Una última vez tenías que elevarme. Una última vez tenías que maldecirme. ¿Te reíste? Una última vez tenías que burlarte, tenías que jugar conmigo, tenías que decirme aquello que sabias que quería escuchar. ¿Te gustó? Una última vez tenías que romperme, ¿Como lo planeaste?, tenías que destrozarme, golpearme, mutilarme, ¿Como me manipulaste?, tenías que herirme, matarme, ¿Me amas? Una última vez lo tenías que hacer. ¿Lo disfrutaste?

Por fin hoy no te llore, solo te busque en la desesperación de mi mente y en la soledad de mi idiotez. Te creí, una última vez. Todo me decía que no, que no era correcto, que no lo hiciera, pero te puse encima de todo, de todos, de mi mismo. Te hice el amor por ultima vez, te besé por última vez, fuiste mía por una última vez. Y eso es algo que no podrás olvidar. Lo llevaras a cuestas el resto de tus días, pensaras en eso y no podrás dormir, te carcomerá, como lo hace el vacío hoy en mí. Trataras de saciarlo, trataras de ocultarlo, trataras de llenarlo con diferentes camas y cuando creas que lo has olvidado, te asaltara de nuevo por las noches, no tendrás paz. Porque sabes que, de nuevo, la cagaste. Y me buscaras, como yo lo estoy haciendo, solo que ya no habrá nada. Te habré olvidado, te habré enterrado, te habré matado, justo así como tú lo hiciste conmigo. Y entonces llorarás por las noches, por los caminos y por los rincones de tu inmenso vacío. Y no habrá nada que te calme, por lo que tu eterno castigo será llorarme en silencio en tu memoria.

Y por fin, cuando tu piel se vuelva arrugada y tus manos no puedan sostener un vaso sin romperlo, cuando tu vista no distinga mas que luces y sombras y tu espalda no pueda cargarte más, recordaras aquello que tenías y dejaste ir. Y a pesar de que ya estarás muerta desde hace mucho tiempo, a pesar de que ya te habías creído tu mentira desde hace mucho tiempo, te iras de este mundo, no sin antes buscarme por una ultima vez. Y te darás cuenta que eso que hiciste añicos, fue lo único que realmente amaste, tanto, como para destruirlo.

Looser

Fue hace mucho tiempo que ella estaba aquí. Aún la recuerdo con sus brillantes ojos negros, su cabello siempre lacio, sus piernas largas y torneadas. Ella me veía, me dirigía una leve sonrisa y después se volteaba para seguir platicando con sus amigas. Y yo, un pobre diablo, no hacia más que mirarla de vez en cuando, escribir su nombre una y otra vez en el pupitre y dibujar su silueta en las últimas hojas de la libreta.

Quisiera regresar a esos años. Tal vez si le hubiera hablado de mis sentimientos hoy no estaría aquí, justo en el mismo salón, justo frente a su pupitre que ahora esta llenó de polvo y carcomido por la humedad. Si le hubiera dicho que la amaba, estaría en una casa cerca del centro histórico, con uno o dos niños corriendo a mi encuentro cuando llegara del trabajo, con una esposa que a pesar de las trivialidades del día a día, se sintiera dichosa a mi lado. Si tan solo hubiera tenido el valor de decirle que la amaba.

Pero no, aquí estoy sentado frente al viejo pupitre, recordando que cuando corría, su cabello parecía un arcoíris monocromático, se le levantaba un poquito la falda y dejaba ver esos muslos tan perfectos, su risa franca, sus manos finas, era tan bella. Y recuerdo como la veía embelesado, todo lo demás parecía difuso y solo ella estaba fija, siempre ella, solo ella. Ese mismo día me acerque por primera vez, todo me temblaba, llevaba en la mano la mejor silueta que había hecho, quería decirle...

... esperen, si le dije que la amaba.

Por eso estoy aquí, en este salón vacío, sentado en estas bancas putrefactas. Le dije que la amaba y ella hecho a reír, le hablo a sus amigas y todas comenzaron a burlarse. Cerraron un círculo, cada vez más gente se unía y me señalaba mientras reían, me taladraban los oídos, mis ojos se nublaron, pero esta vez no fue por ella, fue por las lágrimas que corrían por mi cara, no era nadie, no era nada. Llegó un maestro y deshizo el círculo donde en el centro estaba yo, hecho un ovillo, llorando, sufriendo, suplicando. Y justo antes de que me llevaran a la dirección, escuche su voz tras de mí diciendo, “... Hay si, como si yo quisiera salir con ese pinche gordo. Es un looser...” Fue todo para mí, sentí caer, algo se rompió dentro de mi pecho. 

Por eso estoy aquí, gracias a que ella era muy puta y yo era muy pendejo, por eso estoy cortándome las venas frente a su pupitre, llenando los huecos que dejo el paso del tiempo en la madera, como una metáfora de como me siento, como si al llenarlos con mi sangre, se llenaran los que tengo en el pecho. Quisiera volver a ese día, para acobardarme como siempre lo había hecho, para que nada hubiera cambiado, para seguir viéndola de reojo mientras ella me regalaba esas sonrisas, para seguir dibujándola, para seguir amándola en secreto, para poder seguir haciéndola mía en la soledad de mi habitación. Ojalá pudiera volver a ese día, para que hoy no estuviera aquí, viendo como se acaba mi vida, gota a gota, llenando los huecos de sangre, abriéndose paso entre la madera para encontrar el final del camino entre los muslos desnudos de ella, de esa puta a la cual amé y sigo amando.

Muñeca muerta

Ella se veía en el espejo. siempre recargada, siempre solitaria.

Ella se veía en el espejo, siempre con la cabeza baja, siempre abandonada.

Ella se veía en el espejo, siempre sentada, siempre soñando.

Ella se veía en el espejo, siempre con las manos dobladas, siempre menospreciada.


Rumiando su tristeza,
navegando en sus penas,
jugando con sus pensamientos,
manipulando al viento.

Tú eres todo lo que necesito.


Ella se veía en el espejo, siempre torcida, siempre amargada.

Ella se veía en el espejo, siempre cansada, siempre dolida.

Ella se veía en el espejo, siempre inmóvil, siempre abatida.

Ella se veía en el espejo, siempre, solo siempre se veía.



Con el dolor en su pecho,
lleno de felpa y tela,
con ganas de vivir una vida que no tenia,
incapaz de saberse muñeca muerta.

Tú eres todo lo que necesito,
todo lo que deseo,
todo lo que anhelo...

...solo un poco de ti, vida mia.

Fuego frio

Porque en el mundo solo hay 3 personas...


Tu,
yo
y
...
Nosotros...


Y el cielo puede consumirnos en un cerrar de ojos.
Y transportarnos a donde hay luz transparente,
donde no hay ocaso.


Y está el Fuego Frió.


Donde los sonidos viajan a través de ideas.
De cabello.
Y de pasión.


Y está el Fuego Frió.


Y una liga con forma de corazón.
Y viejas fotografías sepia.
Y nosotros.

Y a nosotros nos une el tiempo. El espacio.
Pero no el amor.


Porque hay Fuego Frió.