Mientras nadie observa

¡Yeah!...hoy el cielo está nublado y al parecer mi cabeza está fría. Pero con una cabeza fría se piensa mejor, o al menos es lo que me dice todo el mundo, esperen, siento que mis manos empiezan a cobrar velocidad y que los pies se sienten un poco livianos. ¿Alguna vez han sentido como si caminaran en lodo?. No lo sé pero siento que el viento toma mis palabras y se las lleva ...lejos ...lejos ...lejos.


¿Porque he de decir que es lo que siento?, me preguntaba una vez el extraño ser que me había acompañado fuera de la ciudad de México mientras esperaba el tranvía. Y yo no tenía intenciones de escuchar a alguien. Mi trabajo me fastidiaba y lo único que quería era llegar a casa, tomar una humeante taza de café en mis manos y leer mi periódico. Pero este ser me hacía preguntas tan extrañas. ¿A quién diantres le interesa lo que siente?.

Mis pensamientos ocurren a miles de, ¿microsegundos?, ¿nanosegundos?, por mi cabeza mientras la cosa a un lado de mí seguía parloteando. Veía que movía las manos y la boca, pero era un poco difusa la imagen ya que era de noche y la pequeña farola de aceite no alumbraba gran cosa. De un momento a otro y sin querer, mis manos tomaron vida propia y sentí como golpeaba su infame cara, mientras que me pie dirija un derechazo justo a las costillas. Sin pensar, mis manos se encerraron en torno a su cuello y se dieron a la dulce tarea de la asfixia. Apretaban, a veces fuerte, a veces como si fuera un susurro.

Mientras me dedicaba de lleno a este gran placer, mis ojos ahora sí captaron todos sus movimientos. Primero como sus ojos empezaban a salir de sus órbitas y van tomando el hermoso color de la sangre. Su cara antes rozada, ahora está azulada, como un cielo despejado y bello. Sus labios más carnosos que nunca. Y al momento en que lanza su última exhalación es como si una mano suave, casi como una seda, acariciara mi rostro y se llevará todos mis miedos.

Demonios el tranvía no pasa....

¿Espera, que se ve en la obscuridad?. Entrecierro mis ojos y alcanzo a ver un destello de luz, que cada vez se hace más grande. Ahora escucho el ruido del motor. Llega a donde estoy y se para, para abrirme la puerta.

Tomo un asiento y miró a través del vidrio. Y me pregunto, ¿donde esta mi esposa?

Bipolar

"En el colegio nos ponían una estúpida pregunta que decía más o menos así: "Si un árbol cae en medio del bosque, pero nadie lo ve ni lo oye, ¿como sabemos a ciencia cierta que el árbol realmente cayó?" Yo lo traduzco de la siguiente forma: "¿Como un hombre puede morir, si el mundo ni siquiera sabe que está vivo?" (Párrafos finales del diario de Lars Colonius)"

Lo que acabo de escribir lo saque de un libro (que para mi gusto es excelente) llamado "El plan Armagedon". El autor no lo recuerdo, (no es personal, no recuerdo ni lo que comí hace una hora), pero la trama trata acerca de un hombre que, ignorado por el mundo, decide hacerse famoso o "hacerse oír él también", como lo hacen muchos hoy en día: asesinando a alguien famoso o secuestrando un avión (como el we que les puso a leer la biblia en...México¿? jejeje) pero este quiere que toda la atención del público se centre en el victimario y no en la victima o victimas. Manda fotos de su cara con personalidades importantes (reales) y grabaciones, diciéndole a las autoridades lo incompetentes que son y cosas por el estilo. Lo que más me agrado (no tengo la menor idea del porqué) es que Lars Colonius (el asesino) tiene como fiel servidor a un joven retrasado mental al que llama "Einstein", el cual se encarga de hacer pequeños encargos para su "amo" pero que al final del libro se descubre su verdadero propósito. Excelente libro, me mantuvo al borde...no, no lo creo pero si, no me despegué de él hasta que no lo termine de leer...aaa y por cierto checando con papá Google me acordé del autor. David Lippincott es la mente maestra detrás de todo esto.


Recordando en la noche y pensando acerca del futuro lo primero que se me viene a la mente es que mi casa está sucia. No puedo pensar en otra cosa más que en limpiar hasta que quede brillando, porque, ¿que tal si vienen visitas?. El sonido del agua caer por el grifo me resulta tranquilizante y sin pérdida de tiempo llenó una cubeta, le pongo algo de jabón líquido y armado con trapos bajo el brazo, comienzo la larga, pero satisfactoria tarea de limpiar.

Comienzo con la repisa enfrente de mí, pasando el trapo por entre las tazas y los vasos de cristal. Uno de ellos tiene una mancha terrible así que lo quitó cuidadosamente de su lugar y comienzo a frotar delicadamente la mancha. Esto parece no importarle ya que la muy maldita sigue en sus trece. La froto nuevamente, ahora con más fuerza, tanta que las yemas de mis dedos, antes rosados, comienzan a ponerse de un color amarillo pálido. Maldita mancha, quítate de una buena vez por favor!!!.

Me empiezo a enojar. La estúpida mancha sigue allí. Lo hago con tanta fuerza que el característico chillido ha desaparecido por completo. Siento que la respiración se me empieza a dificultar y las venas de mi cuello saltan amenazadoramente. En mi mente lo único que pienso es que la puta mancha se está burlando de mí, se ríe la muy maldita, está diciendo que soy un estúpido y que no puedo con una simple manchita, me recuerda lo débil que soy, maldita sea, ca-lla-teee!!!...

Enfurecido me levanto y lo estrelló contra la pared. Lo veo en el suelo hecho añicos y observo mi reflejo en los cientos de pedazos de lo que antes fue un vaso. Sin poder controlar mi cólera tiro todo lo que está frente a mí: la cubeta, el trapo, el jabón líquido, la repisa, las tazas que me dio mi madre, los vasos de cristal y la vajilla de porcelana.

Cansado me echo en el sillón. Enciendo un cigarrillo y miró el desastre que hay a mi alrededor. Mi casa sigue sucia.

No me siento mal.

El indigente

Hoy es el día en el cual quieres exponer algo...quieres decir alguna cosa importante pero no sabes como empezar. Empiezas con un "Hola que tal, como les ha ido, que han hecho de sus vidas, como esta la familia..." Pero la mente es perezosa y los dedos lentos.

Ayer por la noche estaba escuchando algo del buen funeral doom, mientras jugaba cartas en la compu, cuando me di cuenta de que los cigarros se habían acabado. Maldita sea, los cigarros no pueden acabarse y menos a las 11:45 de la noche. Así que salí decidido a la calle, solo con mi celular, mis audífonos y 20 pesos. Caminando y divagando con la buena música me di cuenta de que estaba frente a un lugar que jamás había visto. Volteé para todos lados y la calle estaba casi vacía, solo algunas personas en la esquina metidas en sus propios asuntos. El punto es que ese lugar no era otra cosa más que un baldío, de esos que abundan por todos lados y que jamás sabes o descubres quien es el dueño, pero que sirve para fumar algo de crack y tirar basura ilegalmente.

El punto es que, por la orilla izquierda había un árbol seco, de esos que con la luz de la luna se ven tan bien pero que en el día pierden su encanto. El chiste es que había un abuelo al pie del susodicho árbol, quien, tranquilamente me miraba y me decía: "Buenas noches".

Con bastante curiosidad -debo decirlo soy muy curioso- respondí su saludo y me acerque para poder verle bien su cara. Me pregunto algunas cosas triviales, como mi nombre y esas cosas (cosas que no puedo mencionar para mantener la seguridad) y me dijo una cosa muy importante, "Tienes tabacos?"

Mierda, se me había pasado por completo ya que mi curiosidad es grande y poderosa, por lo cual le respondí que me esperara un rato en lo que iba al otzo. Me respondió que iba a pasar la noche en ese lugar, así que me fuera con calma. Camine decididamente, casi corriendo ya que una cosa es verdad, los niños y los borrachos dicen la verdad. Pero a los abuelos les gusta contar "su" verdad.

Llegue como a los 15 minutos y al buscar a esta persona ya no estaba. Se me hizo raro ya que sus pocas cosas seguían hay y decidí esperarlo. 5, 12, 19, 23 minutos pasaron y el frío de la madrugada me hizo levantarme de donde estaba y encendí un cigarro para poder desentumirme. Cuando abrí la cajetilla note que faltaba un cigarro y estaba escrito, por dentro, la palabra "Gracias".

Gire la cabeza 180° y vi al abuelo detrás de mí, con el cigarro que faltaba en la boca, riendo. Tomo sus cosas, me miro y siguió su camino. En mi asombro, vi que avanzaba unos 20 metros cuando le grite: "Hey como lo hizo"

El simplemente me dijo "...Magia"