Sueños de una mente enamorada

El cielo despejado de la noche me recuerda los instantes de sueño y diversión. Cuando lo más importante era volar, jugar y comer chucherías. Pienso en recrear esos momentos que añoro, esos ratos en los que la vida se resumía en un ¿me juntas...?

Me siento en la banqueta y miro el firmamento. Ahora, mágicamente han aparecido docenas de estrellas que bailan en torno a una luna grande, blanca y efímera. Enciendo un cigarrillo y miro como el humo crea formas difusas, que combinadas con la luz del poste toma colores caprichosos y sombras extrañas. Observo la punta incandescente quemarse lentamente en un delicado siseo. Mis pensamientos se derriten ante la loca expresión de soledad en la noche fría.

¿Me juntas...?

Mis días de niñez transcurrieron como cualquier otro. Con raspones y caídas, promesas sin cumplir y sueños de aventura. Pero lo que más atesoro de esa época ociosa es a ti. Aun recuerdo el perfume de tu cabello que me cerraba los ojos. Tu embriagadora sencillez de espíritu y cintura delineada. Tus manos blancas, tus ojos verdes. Tu imagen es como un sueño vivido, del cual no es posible despertar, pero que cuando despiertas, recuerdas cada detalle con nostalgia. Esa criatura de fina melena castaña eres tú. Tu, lo único por lo cual he vivido y esperado estos años.

Me levanto lentamente de mi asiento. Eh pasado tanto tiempo sumergido en mis recuerdos que no me eh dado cuenta de que unas gotas de agua y gas caen copiosamente. Mis ojos ven con ternura la calle, deseando tener nuevamente siete y saltar en el agua. Deseando correr sin importar los coches. Huyendo del baño diario y la escuela matutina. Deseando poder acercarme a ti...

Y me pregunto ¿porque no lo hice hace tanto tiempo...?

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  1. No sé si es la influenza, pero admito haber llorado con tus palabras.

    Ese "me juntas?" me sonó conocido. No sé por que.

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