Cuadro vivo

Ella estaba pegada a la pared.
Dormía en la pared.
Respiraba en la pared.
Vivía en la pared.

¿Oh, porque no entiendes?
¿Y si muero, porque te quedas parado?
¿Y si vivo, porque no me tocas?


Ella lo miraba pasar.
Pasaba flotando.
Pasaba sin mirar.
Pasaba sin  soñar.

¿Oh, porque no entiendes?


¿Y si muero, porque te quedas parado?
¿Y si vivo, porque no me tocas?

El la había colgado hace tiempo.
La había pintado hace tiempo.
La tenia desde hace tiempo.
Tanto, que había olvidado que existía.

¿Oh, porque no entiendes?

¿Y si muero, porque te quedas parado?
¿Y si vivo, porque no me tocas?


Y ella, resignada, vivía en su pared.
Como un recuerdo.
 
Y el, indiferente, pintaba.
Pintaba otros cuadros vivos.
 
¿Oh, porque no entiendes?
¿Y si muero, porque te quedas parado?
¿Y si vivo, porque no me tocas?

Fuego frio

Porque en el mundo solo hay 3 personas...


Tu,
yo
y
...
Nosotros...


Y el cielo puede consumirnos en un cerrar de ojos.
Y transportarnos a donde hay luz transparente,
donde no hay ocaso.


Y está el Fuego Frió.


Donde los sonidos viajan a través de ideas.
De cabello.
Y de pasión.


Y está el Fuego Frió.


Y una liga con forma de corazón.
Y viejas fotografías sepia.
Y nosotros.

Y a nosotros nos une el tiempo. El espacio.
Pero no el amor.


Porque hay Fuego Frió.


11-14


Mora ahora tiene algo por lo cual luchar. Mora ahora tiene algo por lo cual levantarse.
Mora tiene algo a lo cual aferrarse. Y no dejarse caer.

Mora, aquella mujer de cabello tornasol y sonrisa facil. Aquella a la cual le debo gran parte de este trabajo.

Algo crece en su interior. Algo bello, lleno de vida, de grandes esperanzas y mil ilusiones. Mora camina abrazando su vientre, rumiando sus tristezas.

Mora es feliz.

Mora piensa en eso continuamente. Mora, la mujer de entrañable corazón, la que siempre me dice lo que hago mal, la que me aconseja y me extiende una mano cuando ve que no puedo salir. Mora, la cual soporta mis manias y mis locuras. Mora... Mora...

Mora, la de ojos negros, mirada hermosa y neurotica a mas no poder. Aquella mujer que come sano y ya no bebe alcohol.

Mora, hoy tienes algo por lo cual sentirte dichosa.


Hoy tienes algo por lo cual sentirte viva.







Pd: Bueno, mis queridisimos lectores, feliz 14 atrasado, espero que ese dia de empalagos, gastos inecesarios y besos se la hayan pasado chingon. Y espero que hayan usado condón. 

Morita, feliz cumpleaños, tu sabes que estoy jodidon, pero hago lo que se puede. Gracias.

Alguien sabe de algun trabajo? Necesito urgentemente dejar la UPI y buscar otra chamba.

A alguien le sobran unos 15 mil pesos? Si es asi, porfa, no sean uleros y rolenmelos. Si no de ustedes sera la culpa de que me metan al bote.

ANA

Dos horas después...

-Hola.

-Quiero que me devuelvas mis libros. Quiero que me regreses mis discos. Quiero las horas perdidas, los besos gastados, los minutos de sombra. Quiero el cielo que te di.

-Y yo quiero que no hables nunca más.

El sonido de línea muerta se escuchó. Ella colgó.


-Y quiero que regreses conmigo.
Y el, aferrado al auricular de una caseta telefónica, lloró.



Dos minutos después...

La luz de un shadow 92 se mancho de rojo. La conductora giro el volante, tan bruscamente, que su hombro izquierdo golpeo la portezuela, provocandole un moretón enorme. Piso el acelerador, queriendo frenar. Solo vio cristales rotos, astillas de metal y sangre.

Como pudo, salio del metal humeante. Intento caminar, pero el dolor en sus pies era insoportable. La adrenalina la empujo hasta media calle y con la fuerza de sus pulmones, grito.

Se extendió sobre el objeto de su accidente. Su sangre cubría lo que antes hubiera pasado por un rostro agradable. Los huesos se abrían paso por entre musculo, grasa y piel. Su mano sostenía un celular.

Arranco el teléfono de esa mano inerte y se quedo helada. Ese reloj se le hacía familiar. Ese anillo lo había visto en alguna parte.

Temblorosa, encendió el celular y comenzó a llorar. Y sintió morir.



La ambulancia llego 15 minutos después. La escena, llena de curiosos y uno que otro morboso, era dantesca. Sangre, vísceras, huesos. Regados por toda la calle. Una manta cubría los cuerpos.

Levantaron la blanca tela. La cabeza de ella reposaba en lo que quedaba de hombro de él. El teléfono en su mano mostraba una foto de ella. Sin más tardanza le tomaron el pulso. Era débil, pero allí estaba. Era seguro que podrían rescatarla en el hospital. La subieron a una camilla y se alejaron.

El, fue recogido por el forense. Entre sus ropas, se encontró su cartera y su identidad. David. Y una nota.

Ana:
No dejo de pensar en ti, te amo. Pero creo que tú, ya me has olvidado. Y eso puedo aceptarlo. Pero no puedo más conmigo mismo. Me lastimo y me torturo cada vez. Y por eso, eh decido mandar todo a la chingada. Y mandarte a ti a la chingada.

Te amo.



Dos días después...

Ella despertó de su sueño. Se había pasado los días anteriores sedada y no podía recordar nada. Solo el echo de que había tenido un accidente y después ¡pum! un telón se cerraba sobre su mente y era todo. Y sin querer o saber por que, lloraba en las noches.



Dos años después...

Aquella mujer descansaba en su cama. Tenia horribles pesadillas y frecuentemente visitaba los viejos cementerios. Soñaba con el accidente. Y lloraba. Y aún no entendía porque. Y sin embargo, lloraba.

Aquel hombre descansaba bajo una capa de césped y tierra húmeda. Sus familiares lo habían enterrado cerca del abuelo. Y en su lápida se podía leer aquello que encontraron en su computadora y que el mismo hubiera deseado:


ANA (Hielo, Tragedia y un Te Amo al Viento)

A.N.A. (Fuego y Luz Blanca)

Ayer te vi.
Aun recuerdo cuando te reías en mis brazos. Cuando dormías en mis brazos.
Cuando creábamos mundos completos con nuestros puros deseos. Cuando creábamos destinos juntos.
Ayer te vi.
Corriendo tras una bufanda que se llevaba el viento. Usando aquella blusa blanca que te regale en nuestro aniversario.
Ayer te vi.
Y pensé en perseguirte como lo hacia antaño. Jugado el juego de ir y venir. Respirar sin exhalar.


Y sin embargo corrías a los brazos de otro. Reías en los brazos de otro.
Tu destino era en los brazos de otro.


Ayer te vi.
Y hubiera deseado no haberlo echo.


¿Quien pensaría que a tres meses de mi partida ya tengas un mundo con otro?